Kordowa, la crónica

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Al contrario que el año pasado, en esta edición estuve desde que comenzó el festival hasta que prácticamente terminó. Cuatro intensos días que me han dejado agotado pero feliz.

Viernes
Llegué a Córdoba en el AVE a las 16:30 de la tarde y me dirigí al hotel para descansar un rato y hacer tiempo hasta la apertura del festival. Pasaban las seis de la tarde cuando llegué al precioso Palacio de la Merced, enseguida, después de intercambiar saludos y contraseñas secretas, un grupo de besekeros nos reconocimos y juntamos para empezar a rellenar el pasaporte Kramer -un modo de promover que los asistentes descubrieran a uno de los dos autores invitados al festival; para el otro autor idearon el Reto Wallace que consistía en el anuncio de una partida por megafonía y un premio para el que ganara la partida-; así, nos reimos un rato con Heimlich & co y Wkr diciendo todo el rato que la iba "a líar parda".

Acabamos la partida para asistir a la presentación de Ayudar jugando que en una charla amena e informal nos hablaron de sus proyectos y actividades y de la necesidad de ayuda que necesitan para continuar con su impagable labor.

Así, entre juegos de Kramer y la presentación, fue pasando la tarde hasta que unos cuantos nos fuimos a cenar al ya clásico buffet oriental. Durante la cena nos alcanzó pjorge, a partir de ese momento conocido con el sobrenombre de el de Puertollano.

Al volver al festival me encontré con la sorpresa de que había ganado ex-aequo la primera subasta benéfica. La verdad es que me había arrepentido pues en el lote estaban Conquest of the Empire y Colosseum dos juegos con cajas de tamaño colosal valga la redundancia. Afortunadamente, y como no gané más juegos en los múltiples sorteos y demás eventos del festival, los juegos entraron sin ningún problema en el maletín de vuelta, incluido ese Córdoba que sólo se puede conseguir asistiendo a actividades de Jugamos Tod@s.

Sabado
El sabado por la mañana fue el día de las presentaciones. En el patio, Wallace presentaba en sociedad sus dos nuevos juegos: Steel Driver y After the Flood dos grandes juegos según aquellos que los probaron (deseando estoy que me lleguen). Con mucha envidia abandoné estas mesas y acudí a uno de los momentos estelares de las jornadas; la entrega de premios de la asociación Jugamos Tod@s y él anuncio de la finalistas del Juego del Año 2008; momento que aproveché para seguir con las presentaciones: me presenté a Antonio Catalán y presenté a Pedro a Antonio Catalán (que por lo visto han intercambiado como dos mil correos antes de conocerse en persona).

El acto comenzó con los finalistas del juego del año que, por si a estas alturas todavía no te has enterado, son en orden alfabético: Agricola, Bandu, Kingsburg, Time's Up, Toma 6 y Ubongo. Lógicamente, y dada mi implicación en la llegada en español de Agricola, me alegra mucho su nominación, aunque me da pena que dos juegos de autores españoles como España 1936 o 2 de mayo no hayan llegado a la final. Decisión que, por otro lado, ni cuestiono ni critico, mucho menos teniendo en cuenta que el año pasado formé parte de ese jurado preselecionador y me consta que no es tarea fácil elegir a los cinco finalistas (que ya es tradición que sean seis por un empate en las votaciones por el quinto lugar).

A continuación se revelaron los agraciados con los premios Jugamos Tod@s que recayeron en Daniel Val por su 2 de mayo como premio al Autor español del año y Nikita por su estupendo blog La Ficha Roja, premio en el que hubo unanimidad entre los presentres en reseñar la justicia del mismo.

Acabada la presentación, volvimos al patio donde Wallace seguía explicando After the Flood a Ari, Biblio y Daijal. Entre presentación y presentación se produjo otro de esos momentos que lleva camino de convertirse en tradicional. Como el año pasado me senté con Pedro para enseñarle un juego para dos. Esta vez fue Roma y de nuevo, como el año pasado con el Battle Line, me venció sin ningún tipo de misericordia.

Después de un rato pululando por allí volvimos a las presentaciones. Esta vez era el turno de Bellica third Generation donde nos contaron su ambicioso proyecto editorial con un buen puñado de juegos en mente, mientras fuera caía un buen chaparrón.

Cuando acabaron, la sala se quedó prácticamente vacía y nos quedamos en familia. Era el momento de la presentación que, sin duda, será la más recordada de este festival, la presentación de Gabinete Lúdico y su juego 1960: Carrera hacia la casa blanca. Y digo su juego por que han rediseñado totalmente todos los componentes del juego dándole un aspecto mucho más cuidado y funcional. Un ingente trabajo que ojalá de sus frutos y podamos ver muchos juegos editados con esta calidad.

Así acabó la mañana con ese terrible sentimiento que se produce cuando te das cuenta de que quieres estar en más de un sitio a la vez. Me perdí los juegos de Wallace y a la vuelta de comer llegué en el momento en que presentaba un prototipo que está desarrollando y que testearon, al parecer con éxito, Ari, Biblio, Daijal y Gurney.

La tarde se fue yendo entre conversaciones, risas y alguna partida, esperando otro de los grandes momentos de las jornadas la célebre cena besekera que fue todo un éxito gracias a la excelsa cocina del lugar elegido por Gurney. En la cena WasQ, Pedro y un servidor nos sentamos estratégicamente en un lugar donde pudimos disfrutar a nuestras anchas de los platos que continuamente llegaban, a salvo del agujero negro sito en un extremo de la mesa. La cena acabó con un Time's Up! casero que Pol, Aidi y Allué habían pergeñado. Debo reconocer mi fracaso cuando describí como "señor que cabalga sin compañía por un sitio muy plano" al Llanero Solitario mientras WasQ que había leido el nombre del personaje me miraba con desprecio por no haberme acordado de Silver, pero creo que peor fue cuando Wkr describió a Cervantes como "escritor", a lo que acompañó "español" diez segundos después, mientras Gurney esperaba más datos. O cuando Oriol describió a Robin Hood como uno que "tiraba flechas a una manzana" y backbeat lo acertó.

Después de la cena dio tiempo a unas copas y aque durante un breve periodo de tiempo Gurney y yo ejercieramos de duo cómico con los chistes del Comepiedrasverdesubterráneo (o Comepiedras de las profundidades).

Domingo y lunes
El domingo comenzó con un desayuno en el hotel junto a Biblio, Ari, Daijal, Pol y Aidi, desayuno al que acudí medio dormido por que me había levantado temprano para ver la Fórmula 1, lo que me condujo hacia un estado de somnolencia que se fue acrecentando durante todo el día y que me ha durado prácticamente hasta hoy.

Fue un día dedicado a jugar. A enseñar juegos y a descubrir otros nuevos y a charlar y a compartir mesa y a despedirse de los primeros en abandonar el festival.

El lunes que comenzó en el hotel con un desayuno con Biblio fue muy parecido al domingo solo que las despedidas superaron los momentos de juego. Con mucha pena el festival se fue acabando y yo lo tuve que abandonar en plena final de Squad Seven con las ganas y el objetivo de volver el año que viene a un festival que cada año crece más.

Me quedé con las ganas de jugar a los juegos que Wallace trajo para presentar, el Theseus de Kokorin y los prototipos de Oriol y Antonio Catalán. Al Tarsis de Antonio Catalán estuve a punto de jugar, pero eramos tres y el no quería jugar como cuarto por lo que creará un nuevo punto en los manuales de los juegos como No Agradecimientos.


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